En una época en la que el comercio está continuamente adaptándose a las nuevas formas de distribución, con la aparición de Internet como principal incipiente, las librerías empiezan a darse cuenta de la necesidad de llevar a cabo una transformación en esta dirección.
Las editoriales han detectado la importancia de digitalizar sus libros a fin de poder atender a los lectores que ya leen en todo tipo de pantallas. Pero el cambio tecnológico en el mundo de la lectura no sólo se centra en la forma en que en la actualidad leemos los libros, sino que se ha renovado la forma en que descubrimos y compramos todo tipo de libros, papel o digitales, por ello, si las librerías quieren tener un papel en la era Digital deberán “digitalizar” los procesos de descubrimiento y compra de libros en sus propias tiendas físicas.De este modo podemos comprobar cómo este sector se encuentra afectado por la crisis, como todos los demás sectores, y además por la necesidad de redefinir completamente su función y modelo de negocio en la era digital, sin que les quede muchas otras alternativas posibles.
Internet ha acelerado el ritmo de cambio de los hábitos de lectura y acceso a la información, hecho al que las librerías, en la actualidad y por lo general, aún no están dando respuesta. La competencia más brutal de una librería ya no es la otra librería más cercana, sino Internet, ya que el lector habitual está utilizando este medio como fuente de información, y cada vez más, como medio de compra.
Hoy os proponemos algunos consejos para incrementar el potencial de tu librería a través de adaptaciones a las nuevas necesidades de los lectores.
Una de las prácticas que con mayor frecuencia se comienzan a ver en las librerías es la de personas haciendo fotos a las portadas de libros en la mesa de novedades. Estas fotos le sirven para luego buscar más información cuando llegan a casa de modo que descubran si el libro les gusta o no para comprárselo, por ejemplo, se descargan el primer capítulo, leen comentarios de anteriores lectores, comprueban si algún amigo lo ha leído y/o ha escrito algo en redes sociales, etc. Toda esta información que van recopilando la utilizarán para tomar la decisión de si compran o no el libro, de modo que si la información ya no la están tomando dentro de la tienda, existe la alta probabilidad de que la compra tampoco se realice en la misma. Con el fin de no perder estos clientes potenciales y ventas, las librerías deberían digitalizar los procesos de búsqueda y compra de cualquier tipo de libro en sus propias tiendas.
Una acción que puede incrementar la accesibilidad a la compra por parte del lector dentro de la misma tienda sería poner a su disposición un código QR o el ISBN que le permitan acceder a contenidos extra sobre el libro, comentarios de usuarios, descarga del primer capítulo, e incluso la posibilidad de adquirir la versión digital del libro, de manera que se incrementase la información disponible de los artículos de la tienda.
La incorporación de pantallas táctiles en las mesas de novedades de las librerías no deberían tardar mucho más tiempo en producirse. Las pantallas táctiles son una herramienta muy útil para introducir al lector en la indagación del libro, ver imágenes, consultar comentarios, críticas, etc. Hay que ofrecer al lector una nueva experiencia dentro de de la tienda que haga estimular su decisión de compra. Una buena elección puede ser reservar un pequeño espacio en la tienda donde el lector pueda entretenerse descubriendo las novedades, con asientos para que se sienta relajado y sin presión, donde pueda consultar toda la información que requiera a través del dispositivo que la tienda le ofrece o bien a través de su propio dispositivo. A los nuevos lectores hay que ofrecerles una experiencia online que complemente su presencia en la tienda a fin de estimular su decisión de compra.
En esta era digital, el descubrimiento y compra de un libro en una librería física dejará de ser una actividad solitaria para convertirse en un proceso compartido. Al igual que ya ocurre en el sector turístico, las nuevas tecnologías de recomendación de libros (en el caso del turismo, recomendaciones de lugares, hoteles, restaurantes, etc.) se convertirán en las principales prescriptoras de éstos, lo cual no quiere decir que las recomendaciones de libreros, bibliotecarios o críticos literarios desaparezcan, sino que tendrán que aportar otro valor añadido a los lectores.
Vía: DosDoce.com
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