¿Quién dijo que la salud está reñida con la moda? Pues la decoración de ópticas es la mejor muestra de que esta combinación es fundamental para atraer la mirada -nunca mejor dicho- de los clientes, invitándoles a descubrir nuevas colecciones de gafas de sol o a realizarse un chequeo periódico de su vista.
Porque, en la actualidad, las ópticas han dejado de ser un sitio frío e impersonal para convertirse en un establecimiento “sanitario” a pie de calle en el que profesionales de la visión examinan nuestra salud visual y, además, nos asesoran para encontrar las monturas que mejor se adecuan a nuestras necesidades. Por eso, se han convertido en espacios multifuncionales, acogedores y cercanos en los que el cliente se puede sentir como en casa.
Desde el color blanco como telón de fondo y denominador común, la decoración de las ópticas ha dado un paso más y ahora gira en torno a los conceptos de amplitud, vanguardia y elegancia. Los juegos de muebles vintage con accesorios modernos es un plus que ninguna óptica puede descuidar. Y, es que, la combinación de materiales y la contraposición de lo clásico y lo moderno es uno de los puntos fuertes en la nueva decoración de este tipo de establecimientos. Paredes de ladrillo visto reinan junto a mobiliario en madera clara, textiles, alfombras y complementos de tipo artesanal. Un estilo más informal y hogareño que incluye, como no puede ser de otro modo, el espejo como elemento estrella y la iluminación puntual.
La idea es abrir los grandes espacios a los clientes para que puedan ver, probar y tocar los distintos modelos de gafas de sol, conjugándolos con puntos de atención personalizada para lentes graduadas. Por eso, cada vez hay una mayor apuesta por los grandes mostradores, mesas de madera de tipo industrial y cómodos sillones en los que vendedor y cliente puedan entablar agradables conversaciones. Con una libre circulación, sin barreras y sin descuidar una buena exposición de los productos.
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